La trinchera de Plimplín
miércoles, abril 30, 2008
Sospechas
El Inspector Whitman sabía que algo pasaba en esa casa de Hampstead, al norte de Londres. Miembro de
Algo olía mal en ese sótano y él lo sabía, su olfato, el instinto que le daban se la 5ª generación de policías en su familia no le permitían dudar. Entonces se coló, revisó, revolvió y hurgó. No dejó rincón sin revisar, a pesar que no tenía orden y su accionar era completamente contra las reglas.
Sin embargo, tuvo que dejar de lado sus convicciones ya que, luego de varias horas, el cansancio y el calor comenzaban a jugarle en contra. Salió de la casa como pudo, ebrio por la obsesión que le provocaba saber que estaba frente a un delito. Convencido de que su búsqueda no había sido suficiente, se fue a su casa pensando en volver.
¡Suerte la próxima!
Resumen
Estuvimos off-line algunos meses analizando lo que sucedía a nuestro alrededor. Todavía no llegamos a ninguna conclusión final, principalmente porque aun tenemos pendiente darle forma al comunicado con el cierre del PEINAR, que realizáramos en octubre de 2006.
Desmentimos los rumores que decían que habíamos dejado La Martona para sumarnos al gabinete del nuevo gobierno y cualquier relación con Guillermo Moreno, a quién respetamos pero no conocemos personalmente. También descartamos haber participado en las negociaciones por la liberación de secuestrados en Colombia y denunciamos la invasión de nuestro espacio por parte de Marines.
A pesar de que pudimos repeler las agresiones, tanto como mantener nuestro campamento a salvo en el corazón de la selva La Martona, el acoso nos costó víctimas mortales, como el caso de Pepe, primo segundo de Duranga, asesinado por la espalda. La foto es contundente, se trata de soldados que desprecian la libertad y la vida.
Por suerte, la presión internacional de nuestros grupos de solidaridad, así como nuestra denodada resistencia, nos permite tener un presente más tranquilo.