jueves, octubre 12, 2006

Literal vs. sobreentendidos

Hace unos días fui a la casa de una amiga que me alertó sobre las características de su mascota. En pocas palabras me dijo ‘tené cuidado que es un perro muy pelotudo.’
Pasé una importante cantidad de tiempo esperando que el perro me baboseara, me saltara, ladrara, mordiera y/o hinchara las pelotas. Pero no fue así. El can se comportó como un duque y recién antes de irme, cuando abandonó su cucha para despedirme, pude entender a que se refería mi querida amiga.